Translate

martes, 30 de junio de 2015

30 de junio de 1908 - en Siberia (Rusia) se registra una gigantesca explosión conocida como el "Evento de Tunguska"

Sibería es legendaria por su frío estepario y nevados paisajes… también mítica por ser tierra de destierros o la última morada de los desterrados por los zares o el régimen político gobernante. Lejos de todo esto, la región de Tunguska es mítica por un extraño suceso… una explosión de “algo” proveniente del cielo que arrasó toda la región. A poco más de cien kilómetros de la población de Vanavara, el 30 de Junio de 1908


"Si se desea iniciar una conversación con alguien dentro del ambiente de los asteroides, lo único que se debe mencionar es Tunguska", dice Don Yeomans, director de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO, por su sigla en idioma inglés), en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. "Es la única entrada de un meteoroide en tiempos modernos de la cual tenemos narraciones presenciales" (y aún hoy, a más de cien años del acontecimiento, los científicos continúan hablando del tema).

A pesar de que el impacto ocurrió en 1908, la primera expedición científica que llegó al área lo hizo 19 años después. El gobierno Ruso inmediatamente no intento investigar el evento, ya que nadie había sido dañado y teniendo lugar la primera revolución rusa sólo tres años antes, las autoridades tenían otras cosas en sus mentes. En 1921, la Academia Rusa de Ciencias nombro a Leonid Kulik, el jefe conservador de la colección de meteoritos del Museo de San Petersburgo, para dirigir una expedición de investigación. No obstante, las duras condiciones de la zona del interior de Siberia impidieron al equipo alcanzar el área de la explosión. En 1927, una nueva expedición, liderada otra vez por Kulik, logró finalmente alcanzar la meta.

"Al principio, los habitantes de la zona se mostraban renuentes a contarle a Kulik acerca del evento", dijo Yeomans. "Ellos creían que la explosión había sido una visita del dios Ogdy, que le había echado una maldición al área derribando árboles y matando animales".

Aunque se hizo muy difícil obtener testimonios de lo sucedido, la evidencia abundaba alrededor. Aproximadamente 2.100 kilómetros cuadrados (ochocientas millas cuadradas) de bosque quedaron partidas en dos. La taiga (bosque de coníferas) cerca del río Podkamennaya en Tunguska fue devastada: un estimado de 80 millones árboles fueron derribados en un patrón radial sobre el suelo. entre 20 y 25 km alrededor y miles se quemaron en un área de más de 1.300 kilómetros cuadrados.

el bosque de Tunguska luego de la explosión
El bosque hoy se ha recuperado, aunque todavía se encuentran recuerdos de la explosión, como estos dos árboles arrancados de raíz
Las personas fueron golpeadas desde sus pies y rompieron ventanas distantes a 400 km. Las estaciones sísmicas en toda Eurasia registraron la explosión, y fue detectada por el Barógrafo inventado recientemente en el Reino Unido. En los Estados Unidos, el Observatorio de Monte Wilson y el Observatorio Astrofísico Smithsoniano informaron una disminución en la transparencia atmosférica que duró meses.

Según Yeomans,
"Esos árboles sirvieron como marcadores ya que señalaban la dirección directamente opuesta al epicentro de la explosión. Más tarde, cuando el equipo llegó al lugar del epicentro, cerca del Río Podkamennaya Tunguska, descubrió que los árboles estaban de pie, pero con sus ramas y sus cortezas completamente removidas. Parecía un bosque de postes de teléfono".
Eso requiere ondas de expansión de rápido movimiento capaces de romper las ramas de un árbol antes de que éstas puedan transferir el impulso del impacto al tronco. Treinta y siete años después de la explosión de Tunguska, se encontrarían árboles sin ramas en el lugar de otra fuerte explosión: Hiroshima, Japón.

Las expediciones de Kulik (quien viajó a Tunguska en tres ocasiones distintas) lograron hacer, finalmente, que algunos vecinos de la localidad hablaran. Uno de ellos fue un hombre en Vanavara, quien fue testigo de la explosión de calor mientras era despedido de su silla. Su testimonio:
"De pronto, en el cielo norteño... el cielo se partió en dos y, sobre el bosque, toda la parte norte del firmamento parecía cubierta por fuego... En ese momento, hubo un estallido en el cielo y un gran estrépito... Al estrépito lo siguió un sonido como de piedras que caían desde el cielo o de pistolas que disparaban. La tierra tembló."
La onda expansiva que se produjo como resultado pudo ser registrada por barómetros sensibles en lugares tan lejanos al epicentro como Inglaterra. Se formaron nubes densas sobre la región, a grandes altitudes, las cuales reflejaban la luz solar desde detrás del horizonte. Los cielos nocturnos brillaban y se recibieron informes de personas que afirmaban que podían leer el periódico afuera a la medianoche. En la localidad, cientos de renos, el sostén principal de los lugareños de Evenki, resultaron muertos; pero no hubo evidencia directa de que alguna persona pereciera en la explosión. Si hubiera ocurrido sobre una ciudad, cientos de miles de personas habrían muerto. Si el evento hubiera tenido lugar cuatro horas y 47 minutos más tarde, San Petersburgo hubiera sido borrada.

Se han propuesto distintas explicaciones para el misterio de Tunguska:

Asteroide:

Luego de transcurrido un siglo, algunos todavía debaten la causa del suceso y proponen distintos escenarios que podrían haber causado la explosión. Pero la teoría sobre la cual la mayoría concuerda es que en la mañana del 30 de junio de 1908, una roca espacial muy grande, de aproximadamente 37 metros de diámetro, penetró la atmósfera de Siberia y luego detonó en el cielo. 

Sin embargo, un cráter ha sido tentativamente identificado. Un equipo de investigadores italianos utilizo equipos acústicos para investigar el fondo del lago Cheko, unos cinco kilómetros al norte del presunto epicentro de la explosión. El estudio fue dirigido por Luca Gasperini, un geólogo del Instituto marino de ciencia de Bolonia, quien dijo, "la forma de embudo de la cuenca y las muestras de sus depósitos sedimentarios sugieren que el lago llena un cráter de impacto". Dijo que los resultados de su equipo indican que un fragmento de 10 metros de ancho del objeto se mantuvo viajando en la misma dirección después de la explosión. El trabajo del equipo fue publicado en la edición de agosto de 2007 de la revista “Terra Nova”

Vista aérea del lago Cheko
Una expedición realizada por científicos rusos llegó a la conclusión de que el lago Cheko se formó antes de 1908, basado en sedimentos en el fondo del lago. El equipo de Gasperini afirma que estos grandes depósitos ya estaban presentes en el lugar en el momento del impacto. Al respecto se ha dicho que los resultados del equipo italiano eran "emocionantes" y justifican más estudios, pero si un fragmento grande golpeó el suelo, también habría miles de fragmentos más pequeños, que muchas búsquedas no han podido encontrar. También se ha señalado que alrededor del lago hay árboles cuya apariencia apunta a que tienen más de cien años

Numerosas expediciones a la zona han encontrado unos pocos fragmentos - pequeños nódulos de vidrio incrustados en los árboles caídos - que parecen pertenecer a asteroides rocosos que se han sobrecalentado. 

Se estima que el asteroide hizo su entrada a la atmósfera de la Tierra viajando a una velocidad de aproximadamente 53.900 kilómetros (33.500 millas) por hora. Durante su rápida caída, la roca espacial de casi 110.000 toneladas (220 millones de libras) calentó el aire a su alrededor hasta alcanzar una temperatura de 24.700 grados Celcius (44.500 grados en la escala Fahrenheit). A las 7:17 a.m. (hora local de Siberia), a una altitud cercana a los 8.500 metros (28.000 pies), la combinación de presión y calor provocó que el asteroide se fragmentara y se destruyera, produciendo de este modo una bola de fuego y liberando energía equivalente a alrededor de 185 bombas de Hiroshima.

"Es por eso que no hay un cráter de impacto", dijo Yeomans. "La mayor parte del asteroide se consume en la explosión".

Se estima que, en promedio, un asteroide del tamaño del de Tunguska penetrará la atmósfera de la Tierra una vez cada 300 años.

Cometa:

La teoría suhpone que un cuerpo celeste compuesto de hielo y polvo estalló y posteriormente quedó completamente vaporizado por el roce con la atmósfera terrestre, permitiendo que todo el hielo sublimara directamente a gas, que se dispersó por la atmósfera eliminando todo rastro de la explosión. Al comparar los sismogramas del fenómeno Tunguska, estos corresponden a una explosión con una potencia de 12 megatones a 8 km de altura al ser comparados con los de explosiones nucleares aéreas, la combinación de presión y calor hizo que el asteroide se fragmentara y auto-aniquilara a unos 8.500 metros de altura, creando un bólido y emitiendo la energía equivalente a unas 185 bombas de Hiroshima.

Evento Tectónico Inusual: 

El científico ruso Andrei Olkhovatov sostiene la teoría de que Tunguska fue "un suceso geofísico, asociado a procesos tectónicos" - un poderoso terremoto de enormes presiones, que también dieron lugar a los efectos atmosféricos registrados. 

Explosión de Gas Metano:

Esta teoría es defendida por Wolfgang Kundt, Astro-Físico de la Universidad de Bonn, en Alemania. Él sugiere que hasta 10 millones de toneladas de gas metano, de las profundidades de la corteza del planeta, podrían haber entrado en erupción en una tremenda explosión. Kundt cree que hay evidencia de una erupción semejante en Blake Ridge (USA).

Mini agujero Negro:

Albert Jackson y Michael Ryan (Universidad de Texas) en 1973 creyeron haber encontrado la causa de la explosión de Tunguska, para ello dijeron que ese día de 1908 los ríos registraban el sentido de la corriente cambiado y que los árboles fueron arrancados por algo que los absorbió desde el cielo. Estos dos científicos afirmaron que si un agujero negro se acercara a nuestro planeta provocaría una explosión similar a la de Tunguska y las partículas ionizadas provocarían fenómenos luminiscentes en las noches terráqueas. Según Jackson y Ryan el agujero negro habría salido por el Atlántico Norte a 1800 kilómetros de Nueva Escocia (Canadá) y habría provocado cataclismos submarinos como desplazamientos de agua o Tsunamis (olas gigantes), la revista “Focus” en 1984 indicó que en 1908 se registraron en el Atlántico dichas anomalías submarinas…


Meteorito de antimateria:

La antimateria está constituida por partículas subatómicas con cargas contrarias a las de la materia, el electrón sería positivo y el protón negativo,el contacto entre materia y antimateria sería de el un aniquilamiento mutuo y la desintegración de las mismas. Fue en 1948 la revista “Nature” de la mano del norteamericano La Paz quién la descubrió. Se supone que una porción de antimateria de entre 300 y 400 gramos entró en nuestra atmósfera procedente de un paraíso de antimateria y originó la explosión. No se conoce ningún proceso por el cual se pueda formar antimateria en medio del espacio. El espacio del sistema estelar no está por completo vacío (tiene una mínima densidad de hidrógeno, así que tendría que haber una gran cantidad de antimateria para aguantar su viaje hasta la Tierra. Es difícil que existieran objetos así ya que su choque con el hidrógeno espacial, aún en su pequeña proporción, emitiría cantidades de energía significativamente perceptibles

Explosión de un OVNI:

Se afirmó durante un tiempo que la fuente de energía de una nave espacial extraterrestre explotó causando una explosión nuclear de gran magnitud, sin embargo la teoría se cae por su propio peso pues no se encontraron restos de ningún tipo de nave alienígena. Existieron otras variantes como que se trató de un aterrizaje de emergencia con los sistemas de propulsión del OVNI a toda potencia, etc. 

La teoría de una nave espacial extraterrestre que tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en la Tierra es probablemente la más fantasiosa y a la vez fascinante de todas ellas, sin embargo las primeras hipótesis se presentan como las más probables y lógicas para resolver un enigma que lleva más de 100 años.

También en Facebook en https://www.facebook.com/elkronoscopio/posts/1849917688567375

lunes, 29 de junio de 2015

29 de junio de 1995 - El transbordador espacial americano Atlantis, se une con éxito a la estación espacial rusa "Mir", lo que apunta a una nueva era de la cooperación entre los dos antiguos rivales de la Guerra Fría.

Durante los cinco días que el transbordador se acopló a Mir eran la nave espacial más grande en órbita en el momento. STS-71 marcó el primer acoplamiento de una nave espacial a una estación espacial, la primera vez que un equipo de la lanzadera conecta con los miembros de la tripulación de una estación y el 100º lanzamiento espacial tripulado por los Estados Unidos. La misión llevó Spacelab e incluyó un reabastecimiento logístico de Mir. Juntas, las tripulaciones del transbordador y de la estación realizaron diversas en órbita conjuntas EE.UU. / investigaciones de ciencias biológicas rusas con Spacelab junto con el experimento de traslado Amateur Radio Experiment-II (SAREX-II).


Los objetivos principales de este vuelo fueron a la cita y realizar el primer acoplamiento entre el transbordador espacial y el ruso de la Estación Espacial Mir el 29 de junio. En el primer acoplamiento ruso-estadounidense en veinte años, el Atlantis llevó a dos cosmonautas rusos, Anatoly Solovyev y Nikolai Budarin a la Mir.

De izquierda a derecha - Sentados: Dezhurov, Gibson, Solovyev; De pie: Thagard, Strekalov, Harbaugh, Baker, Precourt, Dunbar, Budarin
Otros objetivos principales eran la realización conjunta en órbita de experimentos biológicos cubriendo siete disciplinas diferentes: las funciones cardiovasculares y pulmonares; metabolismo humano; neurociencias; la higiene, el saneamiento y la radiación; el rendimiento y la biología del comportamiento; biología fundamental; y la investigación de microgravedad. Además de la recuperación del astronauta norteamericano Norman E. Thagard. 

Los objetivos secundarios incluyeron la filmación con cámara IMAX y un experimento de radioaficionados (SAREX-II).

La misión STS-71 fue el lanzamiento espacial tripulado número 100 de Estados Unidos realizada desde Cabo Cañaveral y el primer acoplamiento de un transbordador con una estación espacial rusa: las primeras operaciones conjuntas en órbita.

Cuando estuvieron vinculados, el transbordador Atlantis y la estación Mir formaron la nave espacial más grande jamás en órbita, 404 kilómetros por encima de la Tierra, con una masa total de alrededor de 225 toneladas.

En los siguientes cinco días, se llevaron a cabo alrededor de 100 horas en total de operaciones conjuntas entre Estados Unidos y Rusia, incluidas las investigaciones biomédicas y transferencia de equipo y repuestos desde y hacia laMir. 

La nave espacial se desacopló el 4 de julio, tras una ceremonia de despedida. Antes del desacoplamiento, la tripulación de la Mir abandonó temporalmente la estación, volando lejos de él en su nave espacial Soyuz para poder grabar imágenes de la separación del Atlantis y la estación Mir.

domingo, 28 de junio de 2015

28 de junio de 1914 -en Sarajevo es asesinado el archiduque Francisco Fernando, precipitando el inicio de la Primera Guerra Mundial

El 28 de junio de 1914 Gavrilo Princip asesina en Sarajevo (Bosnia Herzegovina) al archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, sobrino de Francisco José I y heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, y a su esposa Sofia Chotek


Este suceso se puede comprender considerando que en 1878 fueron ocupadas dos ciudades de Serbia, Bosnia y Herzegovina por el imperio astro-húngaro, posteriormente anexándolas a su imperio en 1908, de allí viene el resentimiento de Serbia hacia el imperio Austro-húngaro

El 28 de junio de 1914, el día donde los austriacos celebran el Vidovdan, una festividad religiosa ortodoxa, la eligieron como fecha para la visita del archiduque a la ciudad de Sarajevo, con su esposa, la condesa Sofía.

Los Serbios tomaron esta decisión en forma de burla y la organización nacionalista serbia "La Mano Negra” decidió hacer una conspiración contra el Archiduque, al principio la misión parecía que iba a terminar en fracaso, los primeros franco tiradores no habían encontrado el ángulo para dispararle, luego otro miembro arrojo una bomba contra el vehículo de Francisco pero fallo en el lanzamiento, este mismo la agarro con sus manos y la lanzó afuera del vehículo, que en consecuencia hiere a los pasajeros que iban en el auto de atrás, respecto a los otros miembros habían escuchado lo explosión y huido suponiendo que Francisco se encontraba muerto.

Luego Francisco se dirigió hacia el hospital para ir a visitar a las víctimas de la bomba que se había lanzado, pero el destino hizo que se encuentre en el camino con Gavrilo Princip, un estudiante bosnio de ascendencia serbia, para quien el atentado significaba “la venganza por todos los sufrimientos que Austria hacía sufrir al pueblo”. Princip formaba parte del grupo“Joven Serbia” tras el cual se escondía la organización secreta nacionalista la “Mano Negra” que abogaba por la independencia de Bosnia-Herzegovina respecto a Austro-Hungría y su integración en Serbia. Por su parte, ésta aspiraba a incorporar dicha provincia como un paso más hacia la creación de la Gran Serbia, confederación balcánica de naciones eslavas.

La motivación política del asesinato era compatible con la ideología del movimiento que, más tarde, fue conocido como Joven Bosnia. Al mando de los conspiradores militares estarían Dragutin Dimitrijević, jefe de la inteligencia serbia; su brazo derecho, el mayor Vojislav Tankosić y el espía Rade Malobabić. Tankosić armó y entrenó a los ejecutores del atentado y Malobabić les dio acceso a los túneles utilizados por los agentes serbios para infiltrar espías y armamento en Austria-Hungría. Sin embargo, en 1953, Dimitrijević y sus coacusados ​​fueron juzgados a título póstumo por el Tribunal Supremo de Serbia y fue hallado inocente, porque no había ninguna prueba de su presunta participación en el complot del asesinato

El asesino se encontró ante el convoy en el que viajaban los príncipes frente a la pastelería Moritz Schiller, que ahora alberga un museo sobre el magnicidio. Princip estaba allí por casualidad pero, lo que es más notable, el archiduque y su esposa, también. Se sabe que formaba parte del complot para llevar a cabo el magnicidio que, en aquel momento parecía haber fracasado tras un intento fallido, después de que tres terrorista no se atreviesen a utilizar las bombas y las pistolas que llevaban. De repente se topó de bruces con el archiduque y su esposa y decidió disparar. 

Gavrilo Princip
De la agitación del momento, Gavrilo Princip ni siquiera contó cuántos disparos realizó exactamente. Tampoco esperó a saber si había cumplido su propósito. Tan pronto hubo disparado, en automático tomó la dosis de cianuro que llevaba y apuntó su pistola contra su cabeza para rematarse; pero, en el momento en que iba jalar el gatillo, un testigo llamado Ante Velić se abalanzó sobre él y le impidió suicidarse sosteniéndole el brazo diestro, que era en el que tenía el arma. En cuestión de instantes toda una turba se congregó en derredor de ambos.

Gavrilo Princip fue juzgado junto con sus demás compañeros que habían sido capturados por las autoridades ante un tribunal austrohúngaro en Sarajevo por lo que se calificó como "alta traición" y declarado culpable el 23 de octubre de 1914, pero como en el momento en que cometió el atentado estaba a tan solo 27 días de cumplir la mayoría de edad (20 años), Gavrilo no pudo ser condenado a pena de muerte en virtud de la legislación austríaca, por lo que fue sentenciado a cumplir la pena máxima de 20 años de trabajos forzados en prisión, bajo un absoluto confinamiento en solitario en la pequeña fortaleza de Terezin, un presidio en que difícilmente se podía salir con vida, ya que era un centro en que se torturaba a los prisioneros políticos y se les dejaba morir de inanición.en la actual República Checa. Donde falleció el 28 de abril de 1918, oficialmente de tuberculosis ósea, a tan solo 6 meses de la capitulación de Austria-Hungría y del fin de la guerra. Cuando el director de la prisión de Terezin quiso transferirlo a otro sitio, Princip le dirigió a éste estas palabras:
«No hay necesidad de que me cambien a otra prisión. Mi vida se consume ya. Sugiero que me claven en una cruz y me quemen vivo. Mi cuerpo en llamas será una antorcha que ilumine a mi pueblo en el camino hacia la Libertad.»
En su celda, se encontró tras su muerte las siguientes líneas que había tallado con el mango de una cuchara en la pared:
«Nuestras sombras andarán por Viena, se pasearán por la corte, atemorizarán a la aristocracia.»
Al terminar la guerra, en Yugoeslavia, fue considerado un héroe nacional, motivo por el que fue objeto de honras. Sus restos fueron exhumados junto con el de sus compañeros en 1920 y trasladados al cementerio ortodoxo de San Miguel en Sarajevo. En el lugar, actualmente hay una capilla en honor a él y a los demás jóvenes de la Joven Bosnia que participaron en el atentado de Sarajevo.

La calle Gavrilo Princip en Belgrado.
La evaluación histórica de Gavrilo Princip es un asunto polémico, pues mientras que en la historiografía serbia es descrito como un héroe nacional, en la austríaca y principalmente en la anglo-estadounidense, como un terrorista que causó uno de los conflictos bélicos más terribles de la Historia. En Bosnia, su país de origen, la opinión en torno a su figura está dividida en la actualidad.

Todos los involucrados en el atentado que aún estaban vivos fueron apresados, juzgados, condenados y castigados. Aquellos que fueron apresados en Bosnia fueron juzgados en Sarajevo, en octubre de 1914. El resto de conspiradores fueron sometidos a una corte serbia en el frente de Salónica (bajo control francés). Esto culminó con la ejecución de los tres principales oficiales involucrados. Gran parte de lo que se conoce sobre los asesinatos del archiduque y su esposa tuvo origen en la información obtenida en esos juicios. 

El archiduque Francisco Fernando era un heredero con ideas propias y más avanzadas que las del emperador para abordar la crisis del Imperio Austro-Húngaro. Creía que había que introducir importantes reformas si se quería salvar la corona imperial. La alternativa era conocida como trialismo o monarquía trial, es decir, había que convertir la monarquía dual en una triple con tres Estados, el austríaco, el húngaro y el eslavo, con grandes reformas administrativas y en plano de igualdad. Al parecer, esta idea conectaba bien con los nacionalistas eslavos moderados pero no con los más radicales, instigados desde fuera por los serbios, embarcados en su proyecto de creación de una Gran Serbia que reuniera la mayoría de los territorios de población eslava de los Balcanes, idea apoyada por los rusos. Su asesinato y la guerra desbarataron, lógicamente, el proyecto del trialismo.

El magnicidio conmovió al Imperio en sus cimientos. En aquel momento, las circunstancias en los Balcanes eran explosivas. Los asesinos formaban parte del grupo de la “Joven Bosnia”. Aunque no habían recibido apoyo oficial serbio se sospechaba que habían sido ayudados por la sociedad secreta “La Mano Negra”, organización radical en su defensa del nacionalismo eslavo y con buenas conexiones con las esferas políticas y militares serbias. Viena era consciente que debía actuar con energía. En primer lugar, porque si no lo hacía podía alentar a otros grupos, sectores y minorías eslavas en sus pretensiones independentistas. Pero, también había una dimensión externa. Los austriacos estaban embarcados en la formación de una nueva Liga Balcánica pero ahora contra Serbia, su principal enemigo en la zona. El atentado podía ser aprovechado para intentar eliminar el poder serbio.

Pero los austriacos no podían tomar una decisión antes de consultar con sus aliados alemanes. Berlín había sido bastante prudente en las guerras y crisis balcánicas previas, conteniendo siempre el ímpetu de Viena, pero en este momento le preocupaba mucho la profunda crisis interna del Imperio Austro-Húngaro y esperaba que el posible conflicto volviera a quedarse en algo localizado. Así pues, el káiser Guillermo II animó a los austriacos a que tomaran medidas contundentes. En principio, el cálculo alemán no era muy descabellado, ya que sabían que Francia aún no había conseguido un nivel militar similar al alemán, lo rusos tenían un ejército muy atrasado y los británicos andaban en plena crisis irlandesa.

Austria deseaba organizar una expedición militar de castigo contra Serbia, es decir, quería ir más allá que lo estrictamente diplomático. Por eso el ultimátum se preparó para que no pudiera ser aceptado por los serbios. El día 23 de julio fue presentado al gobierno de Belgrado. Tenía que ser contestado en dos días sin ninguna posibilidad de negociación diplomática. El ultimátum exigía al gobierno serbio la búsqueda y captura de los responsables materiales del asesinato y la supresión en su territorio de todo tipo de agitaciones y propaganda contra el Imperio Austro-Húngaro. Otra cláusula exigía que se debía aceptar que funcionarios imperiales actuaran en territorio serbio contra los elementos antiaustriacos. Es evidente que el ultimátum, especialmente la última cláusula, afectaba a la soberanía serbia, y no fue aceptado. Viena rompió relaciones diplomáticas con Belgrado.

El mes de julio fue muy agitado también en el lado de la Triple Entente. Los rusos eran tradicionales aliados de los serbios y no estaban dispuestos a abandonar a sus hermanos eslavos. La potencia militar rusa había sufrido en la guerra ruso-japonesa pero se habían hecho esfuerzos para mejorar. San Petersburgo avisó a los alemanes que si los austriacos atacaban Serbia se les declararía la guerra. En los días del ultimátum austriaco a Serbia, Rusia puso en alerta a una parte considerable de su ejército y decretó la premovilización.

Por su parte, Francia estaba dispuesta a apoyar a su aliado ruso. El presidente Henri Poincaré visitó San Petersburgo los últimos días de julio y prometió entrar en conflicto si Alemania emprendía acciones bélicas.

El gobierno británico era el menos belicista de todos, ya que la opinión pública veía muy lejos los conflictos balcánicos, pero, por otro lado, Londres era consciente de sus compromisos en la Triple Entente y, especialmente con París. Además temía que el equilibrio continental de fuerzas se rompiese a favor de los alemanes.

Cuando la tensión se acrecentó con el rechazo serbio al ultimátum, Gran Bretaña intentó mediar para encontrar una solución diplomática, pero Austria se negó en rotundo y declaró la guerra a Serbia el 28 de julio, bombardeando Belgrado. Pero los británicos insistieron en una salida pacífica, aunque advirtieron que si Alemania y Francia entraban en guerra, no se quedarían al margen. Los alemanes tomaron nota de la advertencia y se alarmaron, pero el Estado Mayor, cada vez más poderoso en Alemania, presionó para que Berlín apoyase sin condiciones la iniciativa militar austriaca.

Cuando Serbia fue atacada, Rusia decidió que había que actuar pero no era tan fácil. Podía optarse por una movilización parcial contra Austria por el ataque a sus aliados eslavos, o la movilización general, pero esta decisión sería vista por Alemania como una provocación. Hacia el 28 de julio, el siempre dubitativo zar Nicolás ll parecía inclinarse por la primera medida, a pesar de la presión de sus generales por la segunda opción. Al final, se decretó la movilización general el día 30.

La movilización rusa provocó que, al día siguiente, Alemania lanzase un ultimátum a Rusia para que frenase esta medida militar. También se dirigió a Francia para preguntar por su actitud ante estos hechos y reclamando como rehenes las fortalezas de Toul y Verdún en caso de que se declarase neutral, como garantía. En realidad, Berlín sabía que París no aceptaría ninguna condición, por lo que era una provocación para que los franceses atacasen primero y fueran vistos como los agresores. En este caso, Francia optó por cierta prudencia, ya que atrasaron sus líneas militares fronterizas unos kilómetros.

El día 2 de agosto, Alemania invadió Luxemburgo y envió a Bélgica un ultimátum para que dejara el paso libre a sus tropas hacia la invasión de Francia, pero los belgas se negaron. El día 3 de agosto, Alemania declaró la guerra a Francia y atacó Bélgica. Las invasiones de Luxemburgo y Bélgica provocaron un escándalo internacional, ya que eran dos países neutrales fuera del juego de alianzas de la época de la paz armada y fueron determinantes para terminar con cualquier duda británica, ya que se temía que los puertos continentales del Canal de la Mancha cayesen en manos alemanas. Ese mismo día, el Parlamento británico votó la aprobación de los créditos para la movilización general. El día 4 de agosto, Londres envió un ultimátum a Berlín para que detuviera la invasión de Bélgica, que derivó en una declaración de guerra. A partir de entonces, en las primeras semanas del mes de agosto las declaraciones de guerra se sucedieron en cascada entre los principales contendientes. La guerra había comenzado

Durante cuatro años se movilizaron más de 70 millones de hombres, de los cuales murieron unos diez millones, otros 21 millones resultaron heridos y 7,7 millones fueron dados por desaparecidos o cayeron prisioneros, según informes de la Enciclopedia británica.


También en Facebook en https://www.facebook.com/elkronoscopio/posts/1848670352025442

sábado, 27 de junio de 2015

Invasiones inglesas a Buenos Aires

Al promediar la primera década del siglo XIX los conflictos europeos tuvieron un episodio militar en tierras sudamericanas. Fruto de la lucha sostenida desde años atrás por Francia e Inglaterra a la que se vio arrastrada España fueron los ataques británicos contra la capital del virreinato rioplatense, en 1806 y 1807. Para los pobladores de este sector de América estos sucesos tuvieron una importancia mayor: constituyeron uno de los factores desencadenantes de los trascendentales acontecimientos de la Revolución de 1810.

Primera Invasión 

La Primera Invasión inglesa ocurrió en 1806, cuando las tropas británicas invadieron y ocuparon la ciudad de Buenos Aires, por entonces capital del Virreinato del Río de la Plata para ser vencidas 45 días después por un ejército proveniente de Montevideo comandado por Santiago de Liniers (Reconquista).

02/01/1806. Arriba al puerto de la Ensenada de Barragán el barco mercante Espíritu Santo. Su capitán, Francisco Paula de Fernández informa al Capitán Santiago de Liniers, haber visto una flota británica en las costas de Brasil. Liniers recibe la orden de armar una flota para proteger las costas.

19/01/1806. El teniente general David Baird recaptura para la Corona Británica la colonia holandesa de Cabo de Buena Esperanza con la misma flota que había causado alarma en el Río de la Plata. Por entonces, Francia se consolida como potencia hegemónica europea.

14/04/1806, la flota británica cruzó el Atlántico, en dirección al Río de la Plata. Baird nombró general al coronel William Carr Beresford para que liderase el ataque a Buenos Aires. La escuadra llegó a Santa Elena el 29 de abril, y el almirante Sir Home Riggs Popham logró que el gobernador de la isla le prestara 280 soldados para su misión, y envió una carta a Londres, dando a conocer los motivos por los cuales se dirigía a Sudamérica y basó sus argumentos en el memorándum de 1804. Lo que Popham desconocía era que Pitt (el primer ministro) había muerto recientemente y que en su lugar había asumido William Wyndham Grenville, del partido opositor. 

William Carr Beresford
Mayo de 1806, Popham envió a la fragata HMS Leda para sondear el río. El 19 de mayo el capitán envió a un oficial y tres marineros con un bote a las costas cerca de Santa Teresa, para que tomasen notas de las costas y la zona, pero son capturados por una partida de milicianos, y trasladados a Buenos Aires.

08/06/1806, la flota británica fue avistada frente a Montevideo.

24/06/1806, Beresford amagó un desembarco en Ensenada, realizando maniobras frente a Punta Lara y abriendo fuego contra las fortificaciones.

25/06/1806 unos 1.600 hombres al mando de Beresford, entre ellos el Regimiento 71 de Highlanders, desembarcó en las costas de Quilmes.


26/06/1806, tropas de Buenos Aires, bajo el mando del coronel Pedro de Arze rompió fuego frente al invasor para luego retirarse luego de una fuerte descarga británica. 

Rafael de Sobremonte, virrey del Río de la Plata, intentó una estrategia de defensa, armando a la población y apostando a sus hombres en la ribera norte del Riachuelo, confiando en poder atacar a los británicos de flanco. Pero el reparto de armas fue un caos, y las tropas no pudieron detener el rápido avance inglés; de modo que el virrey quedó fuera de la ciudad, sin posibilidad de intentar nada.

27/06/1806, Buenos Aires cae en poder de los británicos, quienes desfilan por la Plaza Mayor enarbolando la bandera del Reino Unido (permanecerá durante 46 días).

A excepción de Manuel Belgrano, los demás miembros del Consulado juran reconocimiento a la dominación británica. Belgrano prefirió retirarse “casi fugado”, según sus propias palabras, a la banda oriental del Río de la Plata, a vivir en la capilla de Mercedes, dejando en claro su postura al pronunciar su célebre frase: “Queremos al antiguo amo o a ninguno“.

27/06/1806, Sobremonte se retira a Córdoba. Beresford demandó la entrega de los caudales del Estado y advirtió a los comerciantes porteños que en caso contrario retendría las embarcaciones de cabotaje capturadas e impondría contribuciones. El Cabildo no vaciló en enviar una comisión a Sobremonte rogándole entregara el tesoro a un destacamento inglés enviado en persecución del mismo. Éste tesoro fue trasladado a Londres y paseado como trofeo de guerra, antes de ser depositado en un banco.

14/07/1806, Sobremonte declaró a Córdoba la capital provisoria del virreinato mientras trata de organizar una fuerza armada para recuperar Buenos Aires.

Los porteños estaban, en general, descontentos con la metrópoli, y por tanto, en un primer momento los británicos fueron recibidos con entusiasmo. Una de las primeras medidas que tomó Beresford fue decretar la libertad de comercio y de reducción de aranceles.

01/08/1806, una guerrilla amparada por el rico comerciante español Martín de Álzaga, en los caserios de Perdriel y comandada por Juan Martín de Pueyrredón fue derrotada por una fuerza inglesa de 550 hombres.

Nuevas tropas arriban a Buenos Aires comandadas por Liniers para la reconquista. Desde Montevideo, y con la ayuda de su gobernador , el francés organizó un ejército que partió el 23 de julio para Colonia y el 3 de agosto fue embarcado en una flota de 23 naves hacia Buenos Aires para la reconquista.

12/08/1806, Liniers avanzó sobre la ciudad desatando una batalla campal en distintas calles de Buenos Aires, hasta acorralar a los británicos en el Fuerte de la ciudad.

20/08/1806, Beresford firma la capitulación. Reconquistada la ciudad, la Real Audiencia de Buenos Aires asume el gobierno civil entregándole la Capitania General a Liniers.

"La Reconquista de Buenos Aires" (óleo de Charles Fouqueray, 1909). William Carr Beresford entrega su espada a Santiago de Liniers pero no se la recibe; entre ambos, el capitán de fragata Juan Gutiérrez de la Concha, futuro gobernador intendente de Córdoba del Tucumán.



Guión del Regimiento N.º 71 Highlanders exhibido al público como trofeo de guerra en el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo.

Segunda Invasión

La 2ª Invasión Inglesa ocurrió en 1807, cuando las tropas británicas, luego de tomar Montevideo, fueron rechazadas cuando intentaron ocupar Buenos Aires, por las fuerzas defensoras, que se componían no sólo de las tropas oficiales al servicio del rey español, sino también de numerosas milicias urbanas.

06/09/1806, tras la capitulación de Beresford y ante la posibilidad de una nueva invasión, Liniers emitió un documento instando al pueblo a organizarse en cuerpos separados según su origen.

La voluntad de precaverse frente a la posibilidad de otros ataques, centrada en las figuras de Liniers y de Martín de Álzaga, permitiría alcanzar los laureles de una magnífica victoria. 

Los nativos constituyeron cinco fuertes batallones de infantería. Los Patricios reunían a los vecinos de Buenos Aires; los Arribeños, a los de las provincias del interior. Además se organizaron seis escuadrones de caballería, un batallón de granaderos provinciales y otro de cazadores correntinos, además de un cuerpo de artillería, compuesto por hijos de la tierra, en que se mezclaban blancos, pardos, indios y negros.

En cuanto a los españoles, se dividieron en cinco tercios: Andaluces, Cántabros, Catalanes, Gallegos y Montañeses, sin que cada uno fuera exclusivo de la región que representaban, pues ingresaron oriundos de otros lugares e hijos de peninsulares nacidos en el Virreinato. Por su parte, el Cabildo equipó su propio cuerpo de artillería, denominado de la Unión. Además, para la hora de la lucha, estuvieron codo con codo la marinería y fuerzas de desembarco del Apostadero Naval de Montevideo.

Los soldados elegían a sus oficiales, y éstos a los jefes. Pero dicho procedimiento no afectó la disciplina en las diversas circunstancias.

Cada unidad contaba con vistosos uniformes, adquiridos con el peculio de sus propios integrantes, quienes se hacían cargo de solventar el vestuario de los soldados que no contaban con recursos para adquirirlo. Las banderas distintivas de los cuerpos eran también producto del aporte económico de sus miembros. Cornelio Saavedra, Juan Martín de Pueyrredón, Martín Rodríguez, Manuel Belgrano, Francisco Antonio Ortiz de Ocampo y otros hombres de Mayo de 1810, recibirían su bautismo de fuego en las jornadas de 1806 y 1807.

Excepto los marinos del Apostadero, casi todos debieron capacitarse en las artes de la guerra, pues hasta entonces, salvo en contadas ocasiones, habían sido convocados sólo en forma circunstancial. Y Liniers, el que mayor capacidad militar tenía, aunque fuese más ducho a las refriegas navales que a los combates terrestres, supervisó cada movimiento, para cerciorarse de que los jefes y oficiales se regían por una misma táctica para la lucha y empleaban voces de mando iguales para ordenar los respectivos movimientos y evitar de ese modo las confusiones en el combate.

Los veteranos británicos, no encontrarían un puñado de atolondrados sino hombres orgullosos y decididos, con una instrucción capaz de darles eficaz batalla.

Santiago de Liniers
la flota británica continuó en el Río de la Plata a la espera de los refuerzos que había solicitado a Inglaterra, mientras que el comodoro Popham mantenía bloqueado los puertos de Buenos Aires, Montevideo y Maldonado.

Julio 1806, el vicealmirante Sir Charles Stirling es designado comandante del navío HMS Sampson con la orden de transportar tropas británicas para ayudar a Popham.

22/09/1806, el gobierno británico decidió por primera vez la conquista de Montevideo y de Buenos Aires. Pocos días después, arribó a Londres el botín obtenido durante la primera invasión, que fue paseado en carretas por la ciudad y festejado por sus habitantes.

Octubre 1806, llegan al mando del teniente coronel Backhome 1400 hombres del regimiento 47 de infantería. Tras un leve bombardeo a Montevideo, Popham decidió atacar Maldonado.

29/10/1806, los británicos desembarcaron en Maldonado y en la isla Gorriti y luego de 3 días tomaron control de ambos enclaves. La ciudad fue saqueada y sus habitantes apresados.

05/01/1807, Samuel Auchmuty llegó al Río de la Plata con una expedición oficial de 4.300 hombres. Por entonces, Sobremonte había llegado a Montevideo con una fuerza de caballería de 2.500 cordobeses. Sin embargo, el Cabildo de esta ciudad impidió la entrada del virrey y puso en manos de Pascual Ruiz Huidobro la defensa.

14/01/1807, se apostó frente a Montevideo una escuadra británica de 100 velas repletas de manufacturas británicas y que ahora contaba con casi 6.000 hombres al mando del vicealmirante Stirling (que venía a reemplazar a Popham).

16/01/1807, Auchmuty desembarcó a 10 kilómetros de Montevideo, muy cerca del sitio en el que se apostaba la fuerza de Sobremonte, quien luego de pedir fuerzas a la plaza abandonó la batalla. Ruiz Huidobro contaba con una guarnición de tan sólo 3.000 hombres que salieron a resistir el ataque de manera desorganizada mientras el gobernador solicitaba el auxilio de Buenos Aires.

02/02/1807, los británicos lograron abrir una brecha a través del portón de San Juan, una de las dos puertas de acceso a la ciudad.

03/02/1807, los británicos logran ocupar la ciudad. Liniers había decidido cruzar el río con unos 3.000 milicianos cuando ya era tarde, por lo que debió volver a Buenos Aires.

Marzo 1807, el coronel Denis Pack ocupa la plaza de Colonia del Sacramento. Al tomar conocimiento de estos hechos, Liniers envió al recién llegado de España coronel Francisco Javier de Elío.

22/04/1807, el ataque español es rechazado y Elío se ve forzado a regresar a Buenos Aires. 

05/02/1807, llega a Buenos Aires la noticia de la caída de Montevideo. Al conocerse la actuación de Sobremonte, se avivaron las protestas públicas y las pintadas en contra del virrey.

10/02/1807, se convocó a cabildo abierto en Buenos Aires, que, reunido como Consejo de Guerra decreta, en un hecho sin precedentes, la destitución del Virrey Sobremonte, su detención, y la designación de Liniers en su lugar. Para evitar que trascendiera el hecho de que por voluntad del pueblo se había destituido a un virrey, la Audiencia enmarcó los hechos dentro del ámbito jurídico colonial, comunicando que Sobremonte había renunciado al cargo por cuestiones de salud.

Rafael de Sobremonte
Asimismo, la Junta ordenó el envío de Beresford (el comandante de la primera invasión, preso en Luján) a Catamarca ya que éste mantenía contacto con grupos criollos promotores de la ideas independentistas. Sin embargo, los oficiales que trasladaban a Beresford fueron interceptados por un grupo de criollos, que lograron que el jefe inglés les fuera entregado. Los criollos mantuvieron oculto al general inglés hasta que fue clandestinamente embarcado en el puerto de Buenos Aires el navío HMS Charwell enviado desde Montevideo con mensajes para las autoridades. El objetivo de esta misión era negociar la rendición de Buenos Aires para evitar una batalla sangrienta. Sin haber llegado a un acuerdo, Beresford rechazó la oferta de comandar la expedición a la capital virreinal y se embarcó hacia Londres.

Marzo 1807, el HMS Thisbe partió de Inglaterra hacia Montevideo con el teniente general John Whitelocke, nombrado comandante de las fuerzas británicas, con la orden del gobierno británico de capturar Buenos Aires.

10/05/1807, Whitelocke llega a Montevideo.

17/06/1807, el ejército de Whitelocke, compuesto de unos 11.000 hombres, parte rumbo a Colonia.

28/06/1807, los británicos desembarcan en Ensenada y luego de desbaratar a una fuerza local muy inferior en número, sitiaron la capital virreinal. Mientras tanto, había llegado al virreinato la resolución de la corte española declarando a Ruiz Huidobro virrey interino. Sin embargo, el gobernador había sido embarcado hacia Londres luego de la caída de Montevideo. Por lo tanto, Liniers, siendo el militar de mayor rango presente fue nombrado en reemplazo de Huidobro por la Audiencia.

El ejército británico avanzó con dificultades los 50 kilómetros que separaban el lugar escogido para el desembarco y la capital. El ejército del flamante virrey interceptó el primer avance del enemigo cerca de Miserere, pero la brigada de la vanguardia comandada por Robert Craufurd logró dividir y hacer retroceder a los hombres de Liniers en un breve combate. Al caer la noche, el combate cesó y muchos milicianos se retiraron a sus casas.

Parecía que todo estaba perdido, pero Whitelocke decidió esperar; suspendió el avance de Craufurd hacia la ciudad y exigió rendición inmediata. Les dio a los porteños tres días, que los criollos utilizaron para organizarse militarmente. El alcalde de Buenos Aires, Martín de Álzaga ordenó montar barricadas, pozos y trincheras en las diferentes calles de la ciudad por las que el enemigo podría ingresar. Reunió todo tipo de armamento, y continuó los trabajos en las calles bajo la luz de miles de velas.

05/07/1807, la totalidad del ejército británico volvió a reunirse en Miserere. Confiado de la supremacía de su ejército, Whitelocke dio la orden de ingresar a la ciudad en 12 columnas, que se dirigirían separadamente hacia el fuerte por distintas calles. En un alarde innecesario, llevaban orden de no disparar sus armas hasta llegar a la Plaza de la Victoria. 

Sin embargo, los invasores se enfrentaban a una Buenos Aires muy diferente al que se había rendido ante Beresford. Según cuenta la tradición popular, los vecinos arrojaron piedras y aceite hirviendo sobre las cabezas de los invasores. Lo cierto es que Liniers y Álzaga habían logrado reunir un ejército de 9.000 milicianos, apostados en distintos puntos de la ciudad. El avance de las columnas se vio severamente entorpecido por las defensas montadas, el fuego permanente desde el interior de las casas y desinteligencias y malos entendidos entre los comandantes británicos. Whitelocke vio como sus hombres eran embestidos en cada esquina. Mediante la lucha callejera, los vecinos de Buenos Aires superaron la disciplina de las tropas británicas. Tras una encarnizada lucha, Whitelocke perdió más de la mitad de sus hombres entre bajas y prisioneros.

Cuando la mayoría de las columnas habían caído, Liniers exigió la rendición. Craufurd, atrincherado en la iglesia de Santo Domingo, rechazó la oferta y la lucha se extendió hasta pasadas las tres de la tarde. Whitelocke recibió las condiciones de la capitulación hacia las seis de la tarde ese mismo día.

07/07/1807, el general inglés comunicó la aceptación de la capitulación propuesta por Liniers y a la cual –por exigencia de Álzaga– se le había añadido un plazo de dos meses para abandonar Montevideo. Las tropas británicas se retiraron de Buenos Aires; abandonarían la banda oriental recién el 9 de septiembre.
De regreso al Reino Unido, una corte marcial encontró a Whitelocke culpable de todos los cargos excepto uno y fue removido de su función, al declarársele incapaz de servir a la Corona inglesa. Uno de los factores determinantes para esta decisión, fue el hecho que el general hubiera aceptado la devolución de Montevideo dentro de los términos de la rendición.

Consecuencias

El pueblo adquirió conciencia de sus propias fuerzas. El poderosos y aguerrido ejercito ingles había sido derrotado por milicias populares. Quedó en evidencia la eficacia de las milicias del imperio español para defender a sus territorios en el contexto de los conflictos internacionales de la época. Pero la participación de las milicias en la Reconquista de 1806 primero y al año siguiente en la Defensa fortaleció el poder y la popularidad de los líderes criollos militares e incrementaron la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Paralelamente, estos motivos convirtieron a las Invasiones Inglesas en uno de los catalizadores de la causa emancipadora en el Virreinato del Río de la Plata.

Tanto la Reconquista como la Defensa de Buenos Aires ante las Invasiones Inglesas tuvieron un lugar relevante como antecedente inmediato de la Revolución de mayo de 1810 que dio inicio al proceso de Independencia de la Argentina. Durante su curso, por primera vez prevaleció la voluntad del pueblo sobre el mando del Rey de España, cuando los vecinos de Buenos Aires, mediante el cabildo abierto del 10 de febrero de 1807 dispusieron la suspensión de Sobremonte. Esto señaló el comienzo de la gran crisis política que lenta y gradualmente llevaría a la revolución -hecho excepcional en los anales de la historia hispanoamericana- para elegir al francés Santiago de Liniers en su lugar. Asimismo, la creación en esa ocasión del Regimiento de Patricios, como milicias populares voluntarias, y la elección por parte de los propios milicianos del potosino Cornelio Saavedra —futuro presidente de la Primera Junta patria— como jefe del cuerpo, sentaron las bases de un ejército patriota capaz de alzarse contra las tropas realistas. 

Estos hechos se desarrollaron en un contexto histórico más amplio, de disputas territoriales en América, entre el Reino Unido, el Imperio español, Portugal, Francia y más tarde los Estados Unidos, en un período que se extendió desde la fundación de Colonia del Sacramento en 1680, hasta el reconocimiento por parte del Reino Unido de la Independencia Argentina con la firma de un tratado de paz y comercio en 1825, luego de la declaración de la Doctrina Monroe. Estos tratados no evitarían nuevos intentos de expansión del colonialismo británico sobre el Cono Sur de América que se produjo con la Invasión inglesa a las Islas Malvinas en 1833.

También en Facebook en https://www.facebook.com/elkronoscopio/posts/1848061628752981

viernes, 26 de junio de 2015

Alessandro Volta

Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta, físico italiano, nació el 18 de febrero de 1745 en la ciudad italiana de Como; recibió una educación básica y media de características humanista, pero al llegar a la enseñanza superior optó por una formación científica. En el año 1774, es nombrado profesor de física de la Escuela Real de Como. Justamente, un año después Volta realiza su primer invento: un aparato relacionado con la electricidad. Con dos discos metálicos, separados por un conductor húmedo, pero unidos con un circuito exterior logra, por primera vez, producir corriente eléctrica continua, inventa el electróforo perpetuo, un dispositivo que una vez que se encuentra cargado puede transferir electricidad a otros objetos. Entre los años 1776 y 1778 se dedica a la química, descubre y aísla el gas de metano. Un año más tarde, en 1779, es nombrado profesor titular de la cátedra de física experimental en la Universidad de Pavia.

En 1780, un amigo de Volta, Luigi Galvani, observó que el contacto de dos metales diferentes con el músculo de una rana originaba la aparición de corriente eléctrica. Volta llevó a cabo diversos experimentos acerca de los fenómenos comprobados por Galvani, y tras su entusiasmo inicial, empezó a dudar de ellos y a considerarlos efecto de una excitación provocada en los nervios por la electricidad común. En 1794, Volta comenzó a experimentar con metales únicamente, y llegó a la conclusión de que el tejido animal no era necesario para producir corriente. Este hallazgo suscitó una fuerte controversia entre los partidarios de la electricidad animal y los defensores de la electricidad metálica.

Este hallazgo, le produjo una multiplicidad de conflictos, no sólo con su amigo Galvani, sino con la mayoría de los físicos de la época que eran adherentes a la idea de que la electricidad sólo se producía a través del contacto de dos metales diferentes con la musculatura de los animales. Sin embargo, cuando Volta logró construir la primera pila eléctrica, demostró que él se encontraba en lo cierto y había ganado la batalla frente a sus colegas. 

Hacia 1796-97, con el empleo de sus electroscopios y de su condensador, Alessandro Volta comprobó experimentalmente la existencia de un desequilibrio eléctrico, que llamó "tensión", entre dos metales distintos cualesquiera. Este descubrimiento fundamental le indujo a tratar de conseguir la multiplicación de tales desequilibrios mediante oportunas cadenas de conductores en contacto. En el curso de las investigaciones que llevó a cabo por espacio de tres años pudo comprobar una serie de propiedades que le permitieron la construcción de la primera pila eléctrica. La pila de Volta, consta de treinta discos de metal separados por paños húmedos. Durante la primera parte del siglo XIX, eran construidas como fuentes proveedoras de corriente continua.


Alessandro Volta comunica su descubrimiento de la pila a la Royal London Society a través de una carta (enviada el 30 de marzo) que fue leída en audiencia del 26 de junio de 1800, y después de reproducciones del invento efectuadas por los miembros de la sociedad se le otorgó a Volta el correspondiente crédito.  

En el año 1801, viaja a París aceptando una invitación del propio Napoleón Bonaparte para que exponga las características de su invento en el Instituto Nacional de Ciencias de Francia. El propio Bonaparte participó con entusiasmo en las correspondientes sesiones y exposiciones y recomendó para Volta los máximos honores para él. El 2 de noviembre del mismo año, la comisión de científicos distinguidos por el Instituto Nacional de Ciencias para evaluar el invento de Volta, emitió el informe correspondiente aseverando su validez y recomendando para Volta la más alta distinción de la institución, la medalla de oro al mérito científico.

Volta fue objeto de amplio reconocimiento en toda Europa: En 1805, el emperador Napoleón Bonaparte le asigna una pensión anual y lo nombra Caballero de la Legión de Honor. En 1806 llega a ser Caballero de la Real Orden Italiana de la Corona de Hierro. En 1809, senador del Reino de Italia, y en 1810, conde del Reino de Italia.

Volta presenta su invento a Napoleón
Tras la caída del régimen napoleónico y la consiguiente restauración austríaca, el Gobierno Imperial de Viena en 1815 le nombra director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Padua. Descubierta la pila, toda la actividad de Volta se orientó hacia el estudio de sus propiedades estrictamente eléctricas, como la intensidad y la conductividad, campo en el que realizó ya algunos importantes avances y anticipó otros. En 1819 Volta abandona la vida pública y se retira a su ciudad natal. Después de una corta enfermedad, muere en Como el 5 de marzo de 1827 a la edad de 82 años.

Hombre excepcional por cultura, amplitud de juicio, vigor de ingenio, fuerza dialéctica, habilidad experimental, rectitud moral y fe religiosa, el sabio falleció admirado y llorado por todo el mundo de la ciencia, y legó a la posteridad el claro ejemplo de su vida y el gran beneficio de su obra. La unidad de fuerza electromotriz del Sistema Internacional lleva el nombre de voltio en su honor desde el año 1881.

También en Facebook en https://www.facebook.com/elkronoscopio/posts/1847725795453231

jueves, 25 de junio de 2015

25 de junio de 1950 - en Corea, las tropas del norte cruzan el paralelo 38°, dando comienzo a la Guerra de Corea, que durará hasta julio de 1953.

Tras el final de La Segunda Guerra Mundial, la península de Corea fue dividida por el paralelo 38 e invadida por tropas de la URSS al norte y tropas de EEUU al sur. Comienza la Guerra Fría, y en 1948 en Corea del Norte se implanta un régimen comunista opuesto al régimen pro-norteamericano del sur.

La guerra de corea fue el primer momento histórico en el que se pensó que la guerra fría se podría convertir en algo mucho más escalofriante. Los antecedentes de este conflicto pueden seguirse hasta los finales de la segunda guerra mundial, cuando, tras la rendición japonesa ante los aliados, se distribuyeron sus tierras. Corea fue dividida entre estados unidos y la URSS usando el paralelo 38 como línea divisora. Al comenzar la guerra fría como tal, las crecientes tenciones entre las dos superpotencias ocupantes hicieron que se crearan dos países, la República Popular de Corea y la República de Corea. Estos dos países fueron forjados ideológicamente por los países que los ocupaban y por ende la República Popular de Corea se convirtió comunista y la República de Corea, capitalista. Tras la exitosa revolución comunista en China, el balance entre el capitalismo y el comunismo en Asia se alteró severamente, y Stalin vio la oportunidad de ganar territorio y apoyo para la URSS, por lo que aprobó un ataque norcoreano a Corea del Sur. Así el 25 de junio de 1950, las tropas de Corea del Norte atraviesan triunfantes la frontera.

El MiG-15 por el lado soviético y el F-86 Sabre por el lado occidental, ambos se verían las caras durante la Guerra de Corea en lo que se transformaría en el primer combate entre reactores de combate de la historia 

En un par de meses, Corea del Sur apenas se ha podido defender y el enemigo está en torno a Pusan, capital de estos. Las potencias occidentales obtuvieron un mandato por acción de las Naciones Unidas debido a que los soviéticos decidieron no presentarse en el Consejo de Seguridad como protesta ante el rechazo de que la República Popular China entrara en el mismo, mientras la República de China (Nacionalista) mantenía el escaño chino (Esa situación sería modificada en 1971). Sin el veto soviético y únicamente con la abstención de Yugoslavia, la ONU votó a favor de ayudar a Corea del Sur. Estados Unidos habría luchado sin importar el resultado. A las fuerzas estadounidenses se unieron durante el conflicto tropas de otros 15 países miembros de la ONU: Australia, Bélgica, Canadá, Colombia, Filipinas, Francia, Reino de Grecia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Luxemburgo, el Reino Unido, Unión Sudafricana, Reino de Etiopía, Turquía y Tailandia. Sus aliados Estados Unidos y la ONU responden rápido en su auxilio y con el general Douglas MacArthur como jefe supremo de las fuerzas desembarcan en la zona de Inchon, con el objetivo de liberar la presión sobre la capital surcoreana, fue una operación muy arriesgada pero que tuvo un tremendo éxito que hizo retroceder al ejército norcoreano hasta el paralelo 38 de nuevo.


La misión estadounidense parecía haber acabado, pero a la mayoría de los mandos les pareció buena idea seguir adentrándose en Corea del Norte para poder unirla bajo el poder de Corea del Sur, fue entonces cuando la victoria estaba cerca, la nueva República Popular de China entro en combate con más de 300.000 hombres que hicieron retroceder al ejército de las Naciones Unida. El ejército Chino iba armado con armamento proporcionado por la URSS. En este momento el general MacArthur pidió el bombardeo atómico sobre China, por ello fue destituido a favor del general Ridgway.


El ejército chino recupero el 4 de enero de 1951 la ciudad de Seúl. En el invierno las tropas de las Naciones Unidas sufrieron una grave derrota y tuvieron que retirarse una vez más al paralelo 38, en estos momentos la guerra se estancó y hasta 1953 hubo pequeños avances y retrocesos de las distintas fuerzas en este punto.

Finalmente tras el empate militar se abrieron las negociaciones de paz para acabar el conflicto, en julio de 1953 tras la muerte de Stalin, se acordó el armisticio de Panmunjong en el que se establecía un perímetro desmilitarizado en torno al paralelo 38. La perduración del régimen comunista en Corea del Norte ha hecho que sea la única “frontera de la Guerra Fría” que existe hoy día. Este conflicto solo demostró que entre tenciones políticas y conflictos menores, la guerra fría recién comenzada ya estaba dejando sus huellas en un mundo que observaba con incertidumbre.

Las bajas en ambos bandos fueron altas; Naciones Unidas, 36.000 norteamericanos muertos más heridos, 400.000 surcoreanos heridos y muertos; China y Corea del Norte, 1.500.000 entre heridos y muertos.

Pocos saben que numerosos soldados de Colombia participaron en la Guerra de Corea, el primer gran enfrentamiento armado de la Guerra Fría.

Batallón Colombia
Colombia fue, de hecho, el único país de América Latina que respondió al llamado de la ONU para apoyar a Corea del Sur luego de la invasión por parte de Corea del Norte de junio de 1950.

En total, el país sudamericano –que se sumó a la conflagración en agosto de 1951– aportó tres fragatas y un batallón de infantería, que a lo largo de sus tres años de participación en el conflicto sumó unos 4.750 efectivos.

Cuando el 27 de julio de 1953 se firmó el armisticio que puso fin a las hostilidades, las bajas colombianas sumaban 196 muertos y desaparecidos, y más de 400 heridos.

En 2001 el Congreso aprobó una ley con la que les reconoció una pensión de dos salarios mínimos, equivalente a cerca de 500 euros, pero solo para los veteranos que estuvieran en la indigencia, algo que les molestó enormemente. Ahora, a pesar de los años, continúan luchando para que se apruebe un proyecto de ley que les reconozca, a todos, ese beneficio